Puede sorprenderte la forma en que te trata la gente. Pueden ser despectivos, irrespetuosos y eso puede doler. Si profundizamos, a menudo nos damos cuenta de que la gente reacciona así por su propia debilidad. Tienen problemas de ego, heridas del alma e insatisfacción que, en última instancia, les hacen desagradables.
Aprender a hacer cosas contraintuitivas
La mayor parte de nuestra educación moral consiste en hacer cosas que van en contra de lo que pensamos a primera vista. Que alguien sea malo es un buen ejemplo. Una forma instantánea de funcionar sería mostrarse agresivo y beligerante con cualquiera que nos muestre alguna forma de desatención. El problema es que si haces eso puedes entrar rápidamente en conflicto con un montón de gente. La segunda opción es intentar ponerte en el lugar de la persona que se comportó así para averiguar qué tipo de señal le estabas enviando para decirle que tenía derecho a comportarse así.
Cambia tus señales para cambiar el comportamiento de la gente
La sociedad es un juego de máscaras y papeles; en definitiva, nos empuja hacia una forma de hipocresía. Algunas sociedades son más hipócritas que otras. Cuando vives en una sociedad que valora la hipocresía, tienes que presentarte bajo una luz distinta de la que realmente eres. Eso cansa un poco. Cuando no quieres montar este espectáculo permanente, la gente te lo hace sentir, y en cierto modo puedes sentirte condenado al ostracismo.
Elige una sociedad adecuada a tu nivel de tolerancia a la hipocresía
Las sociedades varían en sofisticación. Cada una tiene sus propias reglas sociales que son el resultado de su historia, su economía, su geografía y tantos otros factores. Por sí solo, no podrá hacer retroceder las mareas que influyen en el funcionamiento de una sociedad. Lo más inmediato es ir a buscar la sociedad que más te convenga según los criterios que hayas definido o de los que hayas tomado conciencia por la fuerza de las circunstancias.
La hipocresía es una debilidad o una adaptación
Cuando trabajas en una empresa, hay reglas que a menudo son más tácitas que formales. Te toca a ti descubrirlas. Por determinadas razones, una cultura de empresa puede querer fomentar el comportamiento hipócrita en la medida en que es la marca de la sumisión al orden establecido y a su jerarquía. Si tomamos la sociedad en su conjunto, seguimos una lógica similar: la hipocresía puede ser la marca de la adhesión a las normas que rigen el grupo en su conjunto. El hecho de que haya sumisión y de que ésta pueda entrar en conflicto directo con los valores internos del individuo significa que se hacen concesiones. En algunos casos, podríamos hablar de debilidad cuando estas concesiones van acompañadas de un sentimiento de estar haciendo lo incorrecto.
Las personas se ven atrapadas por las normas que han llegado a aceptar
Como aceptamos reglas que nos han inculcado una y otra vez, olvidamos que somos libres de irnos a otra parte si otras reglas no nos convienen más. El miedo a no satisfacer las propias necesidades materiales es una razón suficientemente poderosa para imponer la conformidad a la mayoría de la población. La impresión de que rompiendo las reglas uno se arriesga a perder su estatus social puede ser escalofriante. También por eso la gente tiende a rechazar a quienes se desvían un poco de las normas convencionales: no quieren que se les asocie con alguien que les haría perder su estatus.
Así que sí, la gente puede ser desagradable
Como la gente tiene miedo de perder su estatus o incluso su medio de vida, puede ser voluntariamente agresiva o distante. No hace falta ser amigo de todo el mundo. Si no es el miedo lo que guía tus decisiones, no tiene sentido que intentes acercarte a gente que vive así. Pueden rechazarte si cambian las condiciones. Asegúrate de que la malicia de la gente no te afecte.
Protégete pero sigue siendo compasivo
Dado que muchas personas están estancadas en la etapa de supervivencia, es inútil intentar hacer amistad con ellas si no quieren progresar en la pirámide de necesidades de Maslow. Protégete porque su veneno siempre es corrosivo, así que no te expongas innecesariamente a personas hostiles. Por otro lado, mantén tu benevolencia y tu sentido del perdón: sabes que no tienen las mismas aspiraciones que tú, pero eso no significa que no merezcan tu luz. Da de tu luz cuando puedas, pero no esperes nada a cambio, a riesgo de que te decepcionen.
